El Diálogo Intercultural

La Rumba, tras su inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, nos abre un universo de matices e interpretaciones que estimulan el diálogo intercultural en torno a ella, porque ésta es esencia de cubanía, símbolo de resistencia cultural y ejemplo de la universalidad de nuestras expresiones músico-danzarias. La Rumba Cubana es una expresión de la identidad nacional; su esencia y matriz cultural con sentido histórico, donde la tradición pervive como patrimonio vivo en constante movimiento y transformación, nos permite reflexionar y volver a los estudios de Fernando Ortiz.

El diálogo intercultural para Timbalaye es un espacio de intercambio cultural de conocimientos, tradiciones, valores y expresiones artísticas. Con éste buscamos reflexionar a través del intercambio y despertar la importancia para nuestra sociedad de comunicar mediante la cultura y de este modo comprender nuestra propia identidad.

Para lograr ese diálogo intercultural debemos estar bien enraizados en nuestra propia cultura y tradiciones, comprender adecuadamente al otro y descubrir correspondencias y analogías. Así mismo transitar por los bailes populares y folclóricos que son manifestaciones de gran sensibilidad artística y están vinculados a los procesos económicos, políticos y sociales. Por lo que debemos volver siempre a las raíces, respetar la diversidad y fortalecer la identidad cultural con una de las expresiones más genuinas de nuestra cultura: La Rumba. Pues esta transcultura hasta la actualidad transformándose sin perder su esencia, actualizándose constantemente.

La comprensión de la rumba como Patrimonio Cultural Inmaterial contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida. Por esta razón para Timbalaye la rumba es el medio para desarrollar el diálogo intercultural, pues engloba los diferentes elementos culturales que conforman la identidad cultural cubana.

En nuestras expresiones danzarias se funde el legado histórico que nos caracteriza.  Esa herencia cultural nos permite un diálogo permanente con el tiempo, recreando la reconstrucción de la memoria en la actualidad por medio del arte, y así suscitar un nivel superior de conciencia, especialmente entre las nuevas generaciones, sobre la importancia del patrimonio cultural inmaterial, su salvaguardia y su contribución al desarrollo económico y social sostenible.

La sociedad de hoy necesita un diálogo, basado en la reciprocidad del mundo de la cultura y de las ciencias sociales. Esta es la clave para un intercambio ético paritario en el que todos los pensamientos, ideas y perspectivas de ayer y de hoy, generen un desarrollo social capaz de enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo, y además generar un «producto cultural», capaz de colocar en el centro de los intereses socio económicos a la persona en su dignidad plena, en su derecho a la trascendencia y darle a nuestra sociedad una dinámica de acuerdo a las aspiraciones de los individuos y los pueblos.

La ruta de la Rumba 2018 desea reunir de modo sinérgico los diferentes ámbitos culturales que Timbalaye promueve y evocar en ese contexto el diálogo intercultural a través de iniciativas y actividades que resaltan la importancia de la diversidad cultural para hacer frente a la creciente globalización.